Proyecto cultural «Nitsa 94/96. El Giro Electrónico»
En este proyecto han participado tanto clientes como amigos de 3.0 ABOGADOS Y ASESORES FISCALES, todos ellos amantes de la música y excelentes profesionales. Por ello, no dudamos ni un momento en aportar nuestro granito de arena. Lo hicimos prestándoles asesoramiento legal y tributario, y realizando una aportación económica a través del crowdfunding «VERKAMI» una plataforma cultural, que os invitamos a conocer y por qué no, a que realicéis una aportación a alguno de los interesantísimos proyectos que respaldan.
Gracias a los fondos obtenidos a través de VERKAMI, el equipo pudo hacer frente al pago de los derechos musicales del set escogido para el documental, y los que hemos colaborado nos hemos sentido parte de este proyecto.
El primer gran éxito de este trabajo, antes de ver la luz, fue su elección para clausurar la undécima edición del iN-EDIT 2013 (Festival Internacional de Cine Documental de Barcelona) un festival de referencia, consolidado e imprescindible para los melómanos y cinéfilos.
El segundo éxito fue llenar la sala con más de 1.300 personas en dos sesiones; nostálgicos en su mayoría de entre treinta y largos y cuarenta y tantos. Algunos de ellos vivieron en primera persona aquellas noches locas de mediados de los ’90; otros vinieron atraídos por conocer los primeros brotes electrónicos de la ciudad condal, hace ya casi veinte años, y considerados por muchos el embrión de festivales actuales de referencia como el SÓNAR y el PRIMAVERA SOUND.
Antes de la emisión del documental, algunos miembros del equipo, como el realizador Àlex Julià (IGLOO FILMS), nos resumieron más de dos años de esfuerzos, horas de trabajo y muchas dificultades para que el documental viera la luz. También nos trasladaron las emociones y los nervios que sentían, visiblemente a flor de piel. La verdad es que reconforta ver tanta ilusión y espíritu colaborativo con final feliz.
El documental nos permitió rememorar los inicios de la música electrónica en Barcelona y recordar el escenario donde tuvo lugar, con su emblemática pista giratoria; la estética del momento; la difícil comunión inicial entre electrónica y pop con un inesperado matrimonio final; pudimos escuchar algunos temas míticos de lo que por aquel entonces se conocía como música «trance», conocimos el origen del nombre NITSA; tuvimos tiempo para reírnos y emocionarnos; recordamos aquellos inicios repletos de inocencia y amateurismo, hoy inimaginables, que han derivado en una escena electrónica omnipresente y súper profesionalizada; constatamos cuánto hemos cambiado y concluimos que, a fin de cuentas, seguimos siendo los mismos.
Víctor Llopis Lligoña.
Abogado.